jueves, 31 de mayo de 2012

Es la hora de reflexionar

Ríos y ríos de tinta han corrido este año sobre los supuestos favores arbitrales que varios equipos han recibido de este colectivo, sobre todo, de las dos grandes casas futbolísticas de este país, Real Madrid y Barcelona. Ambos se acusaban mutuamente de tener el favor del colegiado en ciertas acciones puntuales en más de un partido. Esta serie de acontecimientos, que se fueron dando a lo largo de este año futbolístico, no han supuesto otra cosa que el desprestigio hacia un “gremio” que cada fin de semana tiene la difícil labor de dirigir a dos equipos durante 90 minutos.

Me gustaría centrarme en los casos de los dos colosos, porque me parece que estas dos entidades son las menos apropiadas para quejarse sobre ayudas arbitrales debido en gran medida a su alta influencia mediática que provoca, por qué no decirlo, un mejor trato hacia ellos con respecto a equipos más modestos. Representantes, entrenadores, jugadores, presidentes y un largo abanico de personalidades vinculadas a ambos equipos han manifestado su malestar con la actuación arbitral a lo largo de la temporada, algo con lo que no estamos de acuerdo.

Todo esto ha repercutido en que no había un lunes después de una jornada liguera en el cual no se hablara de las decisiones arbitrales, dejando a un lado lo más bonito de este deporte: el juego de un equipo, el que sea. Únicamente nos centrábamos en quien salía más perjudicado y en las acciones polémicas de un encuentro. Podríamos seguir el ejemplo de otros deportes como el baloncesto o el tenis, donde el uso de las tecnologías permite que las decisiones dudosas sean aclaradas y que, por tanto, no se hable tanto del juicio de los colegiados, lo cual llevaría a que todo siguiera su cauce normal. Sin embargo, en el considerado deporte rey, dichos mecanismos no son usados, y la verdad es que, visto el éxito que han tenido en otros deportes, la razón o razones por las cuales no han llegado al mundo del balompié nos son desconocidas.

Yo no sé si aplicar las tecnologías a este deporte puede significar que se deje de hablar de polémicas, un debate que ya tuvimos en el blog, pero desde aquí, y ya que me dan la oportunidad, me gustaría hacer un llamamiento a todos aquellos que disfrutamos del deporte y que vivimos de él, debemos dejar a un lado todas estas sospechas sobre conspiraciones hacia entidades deportivas y volver a hablar de lo que de verdad importa, el juego. Dejemos ya de lanzar sospechas hacia un colectivo que cada día que tiene que hacer su trabajo se ve intimidado a la hora de tomar alguna decisión por miedo de las consecuencias que pueda conllevar. Pongamos todos algo de nuestra parte para no manchar el deporte y para poder disfrutar de él como es debido. Para ello, debemos hacer caso omiso a aquellos que hablan acerca de este tema, ya sean o presidentes o simples aficionados. Es algo que, seguro, todos agradeceremos. Es hora de reflexionar.



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