Cuando uno piensa en rallies, se imagina coches con muchas
pegatinas a gran velocidad, haciendo saltos y derrapando en cada curva. Si le
preguntaras a tu padre qué es un rally, quizás te diga que fue uno de los deportes
de motor más populares en los 70 y 80: Perfectas obras de ingeniería, precisas
como el bisturí de un cirujano y rápidas como el rayo, abriéndose paso entre el
público que abarrotaba carreteras tan sinuosas y peligrosas como fascinantes al
mismo tiempo.
Si sintonizaras una tarde el canal TDP y logras ver uno de
los actuales rallies, verías coches de competición muy similares a los
deportivos de gama media-alta del mercado actual. Motores 4 cilindros turbo de
2 litros de cilindrada con tracción total a las 4 ruedas y un sinfín de ayudas electrónicas.
La peor parte es que siempre verás ganar al mismo piloto, un francés muy simpático
llamado Sebastian Loeb, que lleva ya 8 títulos mundiales y va camino del
noveno.
¿Qué ha ocurrido para llegar a la situación actual? Vayamos por partes. La primera piedra en el
camino tuvo lugar en los años 80 con la limitación de los coches. Por aquel
entonces comenzó el conocido y más que famoso ‘’Grupo B’’. Para que una marca
pudiera competir con un modelo, cuyas limitaciones técnicas eran pocas (por no
decir nulas), debía construir 200 unidades del modelo a partir del cual participaría.
Sin embargo, tras la muerte de Henry Toivonen y su copiloto Sergio Crespo en el
Rally Tour de Corse, se prohibió el grupo para el año siguiente. Quién sabe
hasta dónde hubieran llegado los vehículos que competían. Cabe mencionar que de
aquella ya desarrollaban una potencia cercana a los 500 caballos.
En segundo lugar, y como era de esperar, el desgaste de los rallies
vino con la pérdida de afición por ellos. Los actuales ya no tienen tanta afición
en comparación los de hace 30 años, y básicamente se debe a la pérdida de la
espectacularidad y los vehículos que compiten, que en su mayor parte, no dejan
de ser o Citroën Saxo o AX, Peugeot 205 o 206. En este desgaste también tuvo
una repercusión importante el auge y consolidación de la Formula 1, vivido
también durante la misma época de los 80: Esto es debido a que en aquel momento
se encontraban algunos de los mejores pilotos y también los coches más potentes,
con motores V8 turbo que aún siguen poniendo los pelos de punta cada vez que se
recuerdan.
Estos factores mencionados anteriormente fueron los que
desencadenaron un declive general de los rallies, llegando al punto de ser una competición
muy predecible respecto a tiempos y clasificaciones. Si se quieren recuperar
los días de esplendor de este gran deporte, solo habría que volver a sus orígenes,
aplicando la seguridad del siglo XXI.
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